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lunes, 30 de septiembre de 2024

CARTA PARA IDA GRAMCKO

 CARTA DE UN JOVEN ESCRITOR PARA IDA GRAMCKO

Puerto Cabello, 24 de mayo 2024

Apreciada señora: 

           Debo comenzar haciéndole saber lo mucho que aprecio su obra, y disculpándome sinceramente por hacerme consciente de ella a estas alturas. Veinticinco años yendo y viniendo, caminando y corriendo por este puerto de ensueño, y en definitiva; luego de leer sus letras y conocer su vida; he encontrado, que, lo que siento cuando la brisa llena mis poros de salitre y al escuchar el agua recorrer el espacio remanente entre roca y roca, no es un sentimiento meramente mío. 

           Querida Ida, sé que usted también lo sintió, aunque su padre no le haya permitido tocar el mar en su niñez. Estoy seguro de que no hizo falta. Tan iluso como pueda parecerle, a cualquiera que conozca de mis viajes y estadías en el universo del realismo mágico, también me sorprendí al conocer que compartimos el mismo signo zodiacal, Libra. Dos estrafalarios nacidos bajo el sol de octubre, usted el 11 y yo el 20, y aunque no signifique nada con exactitud; y no sé si usted crea en la astrología; encuentro ventura en las similitudes entre una mujer honesta, cuyas palabras transportan tanta sinceridad, como las claras aguas de los ríos de San Esteban y Borburata y mi persona. Pienso que cualquiera puede ser sincero, más la forma en la que puedo conectar con sus pasajes de campos floridos, mariposas y soledad, que no es falta de compañía, voces que se escuchan a lo lejos e invitan a estar y ser, pies descalzos y el servicio, es algo que requiere mucho más que una simple honestidad. Tal vez usted no tenga que pensarlo tanto, pero los que nos encontramos frente a un papel, queriendo cerrar los ojos, pero necesitándolos para continuar leyendo sus palabras, seguramente deseemos ser capaces de evocar esa misma fuerza con la que usted camina por el mundo y se detiene a escribir en papel lo que sus manos le digan. Aunque mi primer respiro no fue en esta ciudad cordial, fui bautizado en sus aguas, cosa que me llena de excelso orgullo, al igual que saber que usted salió de las entrañas de este pueblo de cacao y próceres. La admiro, y sostengo un amor de niño por la gente que admiro. Cuando uno es un infante, resulta muy natural querer ser como la gente que uno admira, y aunque mi niño interior quiere ser como usted, hoy sé reconocer el poder que yace en mí, más específicamente en ser yo. 

           Es casi inevitable querer y necesitar de su sabiduría aunque usted no me conozca y es por esa razón por lo que al encontrarme en un callejón sin salida y sin señalizaciones pensé en escribirle una carta para pedirle un consejo, unas palabras o lo que sea que usted pueda ofrecer a este joven indeciso. Estos últimos años no han sido del todo fáciles con mi corazón, ha sido una lucha al verme a mí mismo perdido o perdiendo cosas, tal vez cosas que nunca tuve y aún así perdí. ¿Qué haría Ida Gramcko? Tal vez no la dueña de poderosos pasajes y palabras pero la que ha luchado contra diablos y hombres en traje, la que se hizo un nombre con humildad, sencillez y autenticidad. ¿Qué haría al ver la vida que conocía escabullirse entre sus manos? Al ver el amor y las siluetas de lo que fue en atardeceres porteños de naranja y rosa, esos en los que se escucha el sonido de embarcaciones abismales atravesar canales para regresar de donde vinieron, mientras la gente continúa caminando por el malecón, esfumarse poco a poco y sin retorno. No sé la razón de mi miedo al cambio o a la transformación, ciertamente quisiera hacerme una habitación con esos momentos y poder regresar cada vez que lo necesite, pero que no es posible, y entonces acarreo una travesía cargando con esa necesidad. Ya soy alguien, pero quisiera poder lograr cosas por un momento, despertar y sentir que tengo algo y que mis palabras también tienen valor y que puedo aportar algo en algún lugar del mundo, que alguien me necesite. ¿Quién llama por mí, entonces? Si tuviera algo por mí, tal vez no necesitaría nada de otra persona y todo lo que perdí no sería ocupado por dolor, en vez de siquiera vacío. No pude evitar pensarle, ganadora de batallas, mujer del viento que ha recorrido tanto, dejando una estela, las marcas de sus pasos descalzos, mojados junto con hojas y flores de apamates.              

           Es casi vergonzoso que una persona que admiro, vea a través de la ventana de mi alma, pero en mi defensa, al menos yo siento que leerla me ha permitido tener la misma vista en su caso, por eso quizá creo que conozco algo de usted y por eso quizá, siento que usted podría entender mis dolencias. Me despido con un abrazo directo desde mi niño interior a usted, querida Ida. 

          Suyo con afecto:

          Luis Fernando Hurtado.

 

Es entonces, cuando el escritor, sorpresivamente, encuentra una hipotética carta de Ida Gramcko, en respuesta a la suya:

 

Caracas, 25 de mayo 2024


Querido Luis Fernando:

           Al momento de leer su carta no me esperaba viajar a través del tiempo, a lugares en los que descubrí una inefable paz en un carrusel hecho de palabras, lo suficiente angostos para recorrer los callejones de ese pedacito de cielo. Lugares que me hicieron. Algunos en los que mientras estuve, sabía que muy probablemente no retornaría, pero ciertamente eso los hizo, incluso, más especiales de lo que ya eran. No te disculpes por nada, todo llega a nosotros en el momento adecuado, te lo aseguro y aprecio que mis palabras signifiquen algo para usted. Con respecto a las similitudes entre usted y yo, particularmente soy fiel creyente de los poderes de la naturaleza, de lo caliente del sol en mi piel todas las mañanas. La palabra tiene la capacidad de extenderse a través de la psiquis colectiva y entonces serlo todo. Para mi, es magia ese calor matutino, todo lo que no puedo tocar, pero aún así, me produce algún estímulo. Así como bien pudo rememorar en mi las prohibiciones de mi padre en mi niñez, y con mucha razón como afirma, no necesité remojar los pies en las orillas para sentirlas yendo y viniendo en mi, y si a usted, Luis Fernando, le estimula saber que mi persona vino a este mundo bajo el décimo sol del año y que eso nos hace más símiles entonces yo, lo respeto y lo celebro. Si existe algo de mi en usted pues me llena de dicha por todo lo que usted y yo sabemos dentro. 

           Su juvenal admiración hacia mi y mis letras, me llena de dicha y le digo algo, no menosprecie el hecho de no haber nacido en nuestro Puerto. Propongo un ejercicio, cierre los ojos e imagine las corrientes de los suntuosos ríos de San Esteban y Borburata, recórralas ya sea caminando a un lado o paso a paso a través de las rocas y los pozos, y si es que puede llegar al final o más bien el comienzo, pregúntese de dónde provienen. Así es, desde lo profundo de la montaña, así como usted, de alguna forma, una corriente de agua dulce lo arrastró hasta el mar, usted fue adoptado por ese pueblo, siéntalo así y llénese de orgullo. A mi, me enorgullece saber que por su sangre corre también la sal con la misma fuerza con la que usted escribe de ese lugar, y pienso que todos deberían leerle.       

          Luis Fernando, puedo percibir el dolor en sus letras, cúmulo de muchos dolores, y siento que tenga que pasar por éstos, pero debemos sentirlo todo, y tal vez en algún momento vamos a despertar preguntándonos también a dónde se fue el dolor, si todos se van, si lo perdemos todo ¿Cuando es el turno del dolor? Piérdase Luis Fernando, en esos callejones de los que habla, aunque no tengan salida, piérdase en los laberintos y en las montañas cuando vea que la vida se le va de las manos y permita que lo que se está yendo, se siga yendo lejos con la corriente, solo así podrá encontrarse, si eso es lo que desea. Siga reconociéndose como lo grande que es dentro de su pequeñez, y aférrese a ese niño que aún no pierde la capacidad y la inocencia de admirar. Ese niño que tiene tiempo para detenerse a oler las flores. Mientras ese niño le acompañe, usted nunca estará realmente solo. 

           Luchar contra diablos y hombres de traje, no es un trabajo fácil ni uno del que uno pueda darse de baja, es la consistencia y la fuerza del interior lo que determina si unos días somos victoriosos o algunos otros perdemos la batalla. Lo importante es que todos los días tenemos la oportunidad de decidir luchar o no, y la magia del sol para iluminarnos. Estoy segura de que para usted, esa lucha del corazón no ha de terminar pronto, pero también sé por sus palabras que tiene todo lo que necesita para luchar y ser un ganador. Siga escribiendo y documentando todo lo que siente, tanto lo que le evoca al caminar bajo samanes, como lo que siente cuando las corrientes cambian su curso y se encuentra desamparado en lugares desconocidos, escuché con cuidado lo que la vida le tiene que decir, escuche a la montaña y los susurros que le trae la brisa, y siga explorando esas pasiones y talentos, no le prometo que encontrará su camino, pero sucede que, algunas veces, estamos buscando estelas de pasos o asfalto, pero nosotros estamos volando y en el cielo no hay caminos, solo libertad. 

           ¿Qué haría yo? Tal vez alguna de esas cosas o tal vez nada. Tal vez me quitaría los zapatos e invocaría el viento y las hojas para que me acaricien en los lugares donde duele. En este caso, lo importante es que sea atento y observe el vacío, quizá se de cuenta de que no está tan vacío, y de que mientras se pregunta quién llama por usted, estará omitiendo los sonidos a su alrededor, a veces no se trata de quien nos llama sino más bien del llamado al que atendemos, joven. No sienta vergüenza por la desnudez del alma, hay personas que se despiertan todos los días e intentan tapar con trapos la verdad y junto con sus mochilas cargadas con tristezas y dolencias van por el mundo hiriendo a quien se les atraviese. Absténgase de ese tipo de vida, y aférrese a lo que sea que tiene. Siempre tenemos algo, si hoy son sus letras pues arrópese de ese poder personal y siéntase merecedor de la felicidad que usted puede crear y repartir a través de él. Por supuesto que puedo entender su dolor, porque aunque no detalle los acontecimientos, conozco lo tumultuoso del camino cuando se trata de soledad y ausencia, pero aunque usted no lo crea, he podido percibir a través de su carta un mensaje de buenaventura, aunque usted no lo crea, todo estará bien, Luis Fernando. Agradezco por su acercamiento, por su honestidad y por ese abrazo de niño y lo correspondo con un abrazo de adulta y un sostener de manos para acompañarle en el alma. 

Con cariño:

 Ida Gramcko

 

El autor de estas dos hermosas cartas, llenas de emoción, es un joven escritor, de nombre Luis Fernando Hurtado. Nacido el 20 de octubre de 1998, hijo de la gran Valencia (Carabobo, Venezuela) y el mar azul de las orillas de Puerto Cabello. Poeta y escritor autoproclamado, estudiante de Educación, mención Lengua y Literatura en la Universidad de Carabobo, y además, con la sensibilidad natural de ser aficionado a la música, las letras y su gran capacidad para tocar el alma. Él mismo se define como un explorador nato de la vida, a través del arte y de sentirlo todo.

Si estas dos cartas, han sido del agrado del lector, déjale un mensaje a Luis Fernando Hurtado, para animarlo a seguir escribiendo.

 

 

 

 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

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 SEPTIEMBRE 2024

 ABRIENDO COMPASES:

          Un nuevo proyecto se nos ha venido encima. Ideas nuevas para compartir, con sus deseos y con su entusiasmo de siempre. Y aunque a veces no podamos cumplir con lo que teníamos pensado, nos quedamos con la sensación de que seríamos capaces de lograrlo. Y así ha sido. Hoy, abrimos el compás de un nuevo proyecto. Un nuevo comienzo, con deseos de continuar con lo que se quedó relegado, pero siempre, con el firme deseo y propósito de ser mejores. De encarar la vida con alegría y espíritu positivo. Puesto que ese espíritu alegre y positivo es el que nos va a permitir llegar al camino correcto de superación de metas.

                  Los animo y los invito a apropiarse de esta Revista Antorcha de tinta y letras, que es un proyecto creado para la utilidad de los escritores y poetas que sientan ese deseo de estar bien informados, y de aprender "alguna cosita" cada día. Algunos me dirán: "en google encuentro todo"; y es cierto, les doy la razón. Pero, ¿no es más divertido tener un espacio propio para leer lo que nos interesa, y escribir y guardar nuestros trabajos?. Para eso te entrego este espacio. Tu revista ANTORCHA DE TINTA Y LETRAS. Eres dueño de ella. Guarda aquí lo que desees. Solamente házmelo saber enviando un correo a perfumedecaoba@hotmail.com colocando en el asunto: para antorcha de tinta y letras.

                 Sean todos bienvenidos al nacimiento  de ANTORCHA DE TINTA Y LETRAS.

                     María Inés Arrabal

                     Septiembre 17, 2024

 

ANTORCHA DE TINTA Y LETRAS N°1 SEPTIEMBRE 2024

 

 IDA GRAMCKO

En el centenario de su nacimiento 

            En ocasión de la celebración del centenario del nacimiento de la insigne poeta porteña, Ida Gramcko, buscamos en distintos textos de consulta, para adentrarnos un poco en la vida más familiar de la escritora. Encontramos en la serie que nos brinda Prodavinci; y bajo la pluma prodigiosa de la periodista Milagros Socorro; aspectos familiares que nos dan una clara visión, o al menos así lo creemos, de la personalidad inquieta y algo psicótica de Ida Gramcko. "Las imágenes que acompañarán las notas integran la nutrida carpeta de Alfredo Cortina en el Archivo Fotografía Urbana". Alfredo Cortina, autor de muchas de las  fotografías, "conocía a Ida Gramcko Cortina desde niña porque era hermano de su madre, Elena Margarita Cortina Gramcko (sí, los padres de la gran poeta eran primos). Y desde pequeña la fotografió". Alfredo Cortina es, definitivamente, el que capta los momentos más precisos de la vida de Ida.

Unos son glamorosos, otros son oscuros, como una media tinta que es en sí, la vida de la escritora. Ya para 1960, Ida Gramcko había publicado gran parte de su prolífica obra. A pesar de no haber tenido una educación que pudiera llamarse formal, Ida fue poeta desde su infancia. Pareciera haber nacido poeta. Era una incansable lectora de la biblioteca familiar. "Durante su infancia, resume el Diccionario de Historia de Venezuela de Polar, transcurrida junto con su hermana, la pintora y escultora, Elsa Gramcko, y sus padres, Enrique José Gramcko Brandt y Elsa Margarita Cortina, no acude a la escuela. Posteriormente, estudia un año en un colegio de comercio y se dedica desde muy temprano a escribir poesía y a la lectura sistemática de los clásicos de la lengua española"

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Ida Gramcko fue reportera incansable de El Nacional, y fue una escritora ferviente y apasionada por su poesía. Sin embargo, Ida Gramcko llegó a tener una personalidad psicótica, abrumada quizás por sus sentimientos, el cigarrillo y sus desvelos.

"Cuatro años después, en 1964, publicará su libro “Poemas de una psicótica”, donde dice: “Que mis dedos, mis ojos, mis uñas, mi boca y hasta mi corazón, donde el duelo no cabe, son como la carga triste, innecesaria, sobrante, de una fábula. Siento como si las montañas decidieran hacer un nudo en mi garganta. Siento también que el lloro es un reguero inútil y engañoso. ¡Ah, porque todo un infierno, todo un infierno horrible por su aparente transparencia, debía brotar con cada lágrima!”

 

Cualquiera que haya sido su personalidad, sus problemas psíquicos o sus angustias, nos ha dejado un maravilloso legado poético que la hace merecedora de ocupar un sitial de primera magnitud en el mundo poético de Venezuela.
Fuente de consulta: Artículo de Mercedes Socorro, para Prodavinci ( https://prodavinci.com/ida-gramcko-en-su-centenario-i.../) Los párrafos entre comillas, son palabras textuales del artículo de Mercedes Socorro.


          ALGO SOBRE SU BIOGRAFÍA

                 Esta genial y prolífica escritora, poeta, ensayista y la primera periodista policial venezolana, nació en Puerto Cabello, Carabobo, Venezuela el 11 de octubre de 1924, aunque algunos biógrafos le dan como fecha de nacimiento el 9 de octubre y otros el 10 de octubre.

            Nació en Puerto Cabello, entre el olor del mar y el vaivén de los veleros. Se crió en un hogar rodeado de libros, donde desde los tres años llamaba a su mamá de vez en cuando para dictarle “una cosa que tengo acá arriba en la cabeza”. Eran poemas. Luego aprendió a leer en los letreros de la calle. La educaron en casa, ella pasaba los días escribiendo en su pieza. La literatura era su refugio, sobre todo los poetas del Siglo de Oro español. Cuando tenía 13 años publicó sus primeros poemas, con los que obtuvo su primer premio y se posicionó como una “niña prodigio”.

         A los 18 escribió su primera obra, Umbral. Con un éxito tan rotundo, que  el poemario ganó el Premio de la Asociación Cultural Interamericana. Al año siguiente, sin haber terminado sus estudios de bachillerato, se convirtió en la primera reportera policial y cronista en el diario El Nacional. Ejerció el oficio de reportera a lo largo de medio siglo.

De formación autodidacta, “vivió exclusivamente para escribir”. En 1977 fue merecedora del Premio Nacional de Literatura y en 1982, recibió el Premio Henrique Otero Vizcarrondo por mejor artículo de opinión publicado.

En su labor periodística entrevistó a personajes destacados de la historia venezolana. Colaboró en la Revista Nacional de Cultura durante 16 años. Cumplió funciones diplomáticas como encargada cultural en la Unión Soviética. Sufrió problemas psiquiátricos que dieron vida a “Memorias de una psicótica”.

 

Terminó su escolaridad y a los 40 años se licenció en filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Dictó la cátedra de Poesía y Poetas en la Escuela de Letras de su alma mater. Durante los años ochenta se dedicó a dictar talleres de poesía en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos.

Y en palabras de la propia Ida Gramcko: "Mi vida literaria, mi vida, ha sido una búsqueda afanosa, angustiada, un clamor y una petición de verdad. Ahora, después de muchos años de vigilia y atormentada espera, puedo decir que he hallado la inmensa plenitud (…) lo más importante es el amor, pero no el fugitivo: la pasión, sino aquel que es espíritu en impulso pleno y permanente”.

Tan insigne escritora y poeta, fallece en 1994. 

 [Créditos fotos: ©ArchivoFotografíaUrbana, Editorial Letra Muerta, Alfredo Cortina. Textos de consulta tomados de la web ]

ALGUNOS POEMAS DE IDA GRAMCKO

 

El espantapájaros

Nunca amaste los pájaros. Es cierto.
Ni los niños que huyeron de tu sombra
¡crucifijo del hombre contra el cielo!
Se deshizo la ronda
en el jardín; volaron los insectos;
después, las mariposas…
Sólo quedó, en la soledad, tu espectro,
y un niño sólo en la pradera sola,
inválido y sediento.
Lejos de ti, volaron las palomas,
y la ronda infantil en otro huerto
levantó sus columpios, sus coronas…
Sólo permanecieron los almendros
abrieron sus corolas
glaciales como témpanos.
¡No podían volar! Y las bellotas,
los manzanos en flor y el limonero.
Pasaban, fugitivas, las alondras.
¡Pudiste detenerlas en su vuelo!
Pasaron golondrinas y gaviotas,
y mirlos y jilgueros,
y enamoradas tórtolas…
Y maduró tu fruto en el silencio;
en el silencio, sonrosadas pomas,
labios mudos, se abrieron.
Pero hoy el viento sacudió las hojas,
dispersó las semillas y los pétalos
y el pezón de los árboles se agota
en exhausto racimo amarillento.
¡No veles ya! Se marchitó la fronda.
¡Despídete del cerco!
En una alegre emanación sonora,
la infancia, en ronda florecida, ha vuelto.
Los pájaros celebran su victoria
picoteando tus restos:
tu pecho de aserrín, tu sien de estopa,
la hilacha sin color de tus cabellos.
Te sostiene una estaca melancólica
como al retrato de un payaso muerto.
¡Oh trágica derrota;
oh racimo de harapos verdinegros;
oh maniquí del campo que sollozas
mirando el alto nido y el alero,
hermano del fantasma, de la escoba,
del ciprés y del cuervo!
Hermano mío… ¡llora!
Llora conmigo sobre el campo yermo.
y aprende a amar los pájaros… ¡Que te oigan
cantar los niños y te escuche el viento!
Como un ángel caído al que perdona
la mano celestial, sube hasta el cielo.
¡Que se levante un ala milagrosa
en cada uno de tus hombros, quiero!
¡Que emprendas en tu muerte, que es tu aurora,
el viaje azul al paraíso eterno
en donde un niño solitario toma
gajos de luz que no consume el tiempo
a un árbol sin otoño y sin carcoma!
El niño aquél, inválido y sediento.

**********

 

El cuervo

A Edgar Allan Poe

Solo quedan, roídos, los peldaños
de una escalera en sombras;
una percha que incita con los garfios
de dos cuernos agudos, y unas ropas
sobadas por el tiempo y el espacio
y ausentes de calor y de memoria;
sólo un tapiz de raso
con manchas de oro y un sillón con borlas;
un abanico abierto, y un retrato
erguido, solitario, en una cónsola
un espejo que es agua de los años
con amorcillos en la cornucopia.
¡Ah, ya lo ves! Y mis dormidos pasos
que suben, sin querer, mientras azota
el viento en los cristales como un pájaro
con las húmedas alas en zozobra.
¡Ah, ya lo ves! ¿Acaso
soy el espectro errante de Leonora?
De mi cuerpo, caído campanario
se alejaron las últimas palomas.
Hoy sólo anida un cuervo en mi regazo
como en una cornisa melancólica.

 **********

Poema 12

Tú, párvulo indefenso,
encuentras cómo reventar el labio
para vengar con testimonio intenso,
el bello, el denso,
el increíble agravio.

***

Poema 14

Amor invalidándonos reflejo
para trocarlo en cómplice sumiso.
Estupor, reto añejo,
humillación en ámbitos de hechizo
donde el tocado, el tímido, el perplejo
padece culpa y huele paraíso

***

Esto soy todavía
un sosiego turbado por las lágrimas.
Esto fui: una pupila
húmeda, abierta y ávida.
Esto he de ser: el llanto, mientras viva.
Un erguido sollozo me levanta,
me hace andar en las cumbres, me encamina
hacia la azul montaña.
Y allí está la sonrisa
como una flor salvaje que me aguarda.
Veré la blanca flor y será mía,
¡mía!, y tendré, llorando, que arrancarla
del fondo de mi ser, pequeña y tibia,
de lo alto de la cumbre, pura y blanca.
¡Mía! Y el llanto surca mis mejillas
para que yo merezca su fragancia.

 

**********

 

 

 

martes, 17 de septiembre de 2024

PENSANDO


           Es ahora el tiempo de comenzar a escribir. Hora de dominar voluntades y de afianzar sueños. Quebrar el vaso del tiempo pasado que nos entorpece el camino y renovar las esperanzas de los sueños inconclusos.

            Puedo parar un rato en mi loca carrera diaria y pensar un poco. Un ritmo desenfrenado de circunstancias que alteran la paz que deberían compensar mis momentos de sosiego. Si pudiera priorizar mi tiempo y decidir, que, de vez en cuando puedo permitirme el deseo inconfesado de aburrirme un  poco. Sería maravilloso dejar que fluyan esas ganas de no hacer nada más, de sentarme a ver el cielo y a pensar. Hay que bajar las revoluciones de la vida, concedernos el aburrimiento permitido, y dejar la vida al ralentí para poder contemplar la naturaleza. Escuchar el canto de un pájaro, tal vez una paraulata anidando en el alero de una casa, o un loro bullanguero surcando el cielo. Contemplar el nacimiento del día con sus pinceladas de rojo anaranjado y su luminosidad. 

            Parar, en la caminata mañanera, y volver la vista atrás, para contemplar lo andado, tras la mirada vaga de la penumbra que se va empujada por el sol. Pasear alguna tarde frente al malecón, tan solo para aspirar el olor salobre del mar, mientras escuchamos el rumor de las olas que se dejan caer entre las piedras. Mirar a los ojos de las personas que amamos, y demostrarles que los estamos escuchando, aún a pesar del ruido y la velocidad intensa de la vida que hemos llevado y que seguiremos llevando hasta que decidamos poner la marcha lenta. 

            Vivamos el momento presente sin miedo a la renuncia, sin temor a perdernos algo, porque nada perdemos cuando saboreamos, poco a poco, la belleza que nos rodea, y la vida que hemos recibido. Hoy, decido vivir la alegría de poder perderme cosas. Alejaré de mis sentimientos el miedo a malgastar el tiempo y los momentos. 

               Decido vivir.

María Inés Arrabal. 

Puerto Cabello, 17 de septiembre 2024

 

lunes, 12 de agosto de 2024

NACIMIENTO

 

ANTORCHA DE TINTA Y LETRAS

            Los tiempos cambian. Y así mismo cambian los estilos, los pensamientos y las ideas. Hoy iniciamos esta REVISTA LITERARIA, para el uso de todos nosotros, poetas y escritores, que, siempre estamos buscando nuestros sitios de preferencia, para exponer ideas, inspiraciones y sentimientos. Y, por supuesto, para aprender algo nuevo cada día. Esta página es tuya.

               Te preguntarás ¿por qué ese nombre de ANTORCHA DE TINTA Y LETRAS? Te respondo.

                  Hace unos cuantos años, siendo yo estudiante de segundo año de bachillerato en el Liceo Miguel Peña de Puerto Cabello (Carabobo, Venezuela) ya me gustaba muchísimo escribir. Pero  voy a comenzar desde mis inicios. Recuerdo que en mi infancia, viviendo en Caracas,  antes de venir a vivir a Puerto Cabello, fui estudiante desde el kínder y hasta el primer año en el Colegio de monjas españolas, Nuestra Señora de El Pilar. Mi mejor amiga, desde siempre, era una niña de mi edad, llamada María Jesús López, a quien por cariño le decía Susy. Los padres de Susy, tenían una librería por los lados de la Iglesia San Francisco, en Caracas. Esa librería se llamaba Ediciones Aguilar. Y allí disfrutábamos, Susy y yo, entre libros y más libros. Sus padres, que conocían mi gusto por los dichosos libros, y por la escritura, un buen día me regalaron un pequeño multígrafo. Y yo me sentí en la gloria. Compré los stenciles, y con la máquina de escribir de mi padre, comencé el proyecto de elaborar un pequeño "periódico", consistente de una página, escrita  a ambos lados. En ese "periódico", que llamé "El Reporter Tribulete, que en todas partes se mete", escribía yo chistes, pequeños cuentos, y noticias de la urbanización donde vivíamos en esa época. He de aclarar que ese nombre lo tomé de una historieta de unos "tebeos" españoles (así se llaman en España, en Venezuela se llamaban suplementos, hoy día reciben el nombre de comics),que siempre nuestro padre nos compraba y que eran muy graciosos. Para añadir a mi experiencia periodística, iba yo por los comercios y tiendas de la urbanización caraqueña donde vivíamos, vendiendo mi pequeño periódico a 0,25. Y la gente me lo compraba. Les parecía graciosa la niña periodista. Así pues, decidí ampliar mi negocio, y les vendía "propaganda". Por Bs. 5, incluía en mi periódico un bonito "comercial" de su negocio. Debo aclarar que, desde que aprendí a leer a los 5 años, siempre dije que quería ser periodista, y en uno de mis cumpleaños, si mal no recuerdo, cumplía siete años, pedí a mi padre que me regalara un libro titulado El Periodismo, libro de mil quinientas páginas y en papel cebolla. Aún lo conservo. También antes de la experiencia del periodiquito, yo escribía  historietas ilustradas, con dibujitos. Eran muy pequeñas, pero escritas con bastante imaginación. Con ésto quiero explicar que mis orígenes de escribir y mostrar al mundo mi escritura vienen de larga data. Así pues crecí con el gusanito de la lectura y la escritura dentro de mi. En esa época, de mis inicios periodísticos, tendría yo unos nueve o diez años aproximadamente.

                    Un buen día mi padre, fue trasladado a trabajar a Puerto Cabello. Y viajaba los martes a esa ciudad y regresaba los viernes a Caracas. Pasando el tiempo y ante la incomodidad de viajar semanalmente en vuelos aéreos a esa ciudad; tomando en cuenta que no había muchas autopistas en esa época, y que las carreteras nacionales del país, eran sumamente largas y peligrosas; así pues, un buen día, mi padre decidió que nos mudaríamos a vivir a Puerto Cabello. Vinimos en unas vacaciones a pasarlas en este puerto, y a mi madre le pareció horrible y feo, no había hoteles. Tuvimos que pernoctar en el Hotel Los baños, que realmente era feo. Al día siguiente mi padre buscó otro hotel y pernoctamos en el Hotel La Riviera, que también era bastante feo. Hasta que hablando aquí y allá, mi padre se enteró que acababan de inaugurar un hotel junto al mar llamado el Hotel Cumboto, y allí nos fuimos. Todos contentos y felices. Allí si pudimos disfrutar. Deliciosa piscina de agua salada, a orillas del mar arenas blancas y cocotales. Aunque la playa era algo peligrosa y no hicimos uso de ella, por el fuerte oleaje, si podíamos divertirnos en la piscina.

                 Así se pasó el tiempo, días de Colegio con mi hermana mayor, y mi hermana menor en casita. Era muy pequeña para ir a estudiar. Al fin, mi padre consiguió una casa en Puerto Cabello, se terminó el año escolar, y se planeó la mudanza para Puerto Cabello. Mi padre logró inscribirnos en el Liceo Miguel Peña. Yo iba a estudiar el segundo año de bachillerato. Había salido del primer año en el colegio de monjas, con altas calificaciones. Siempre fuimos buenas estudiantes, tanto mi hermana  como yo, y obtuvimos premios de Excelencia en el colegio. Así pues iba a estudiar en el liceo, junto a mi hermana mayor. Era una novedad, estudiar en un liceo mixto. El Liceo estaba ubicado en el local donde hoy día está la U.E. Juan José Flores, y se estaba construyendo el nuevo local para el liceo, unas calles más adelante. Comenzaron mis estudios de  segundo año de bachillerato y es ahí cuando aparece ANTORCHA.

                    Se me ocurrió la idea de iniciar un periódico mural. Lo había visto en otras aulas, y en el colegio de monjas lo teníamos. Así que emprendí la tarea, de hablar con los profesores guía para solicitar el permiso de elaborar el periódico mural, al que decidí llamar ANTORCHA. Me pareció adecuado, pues una antorcha sirve para iluminar áreas oscuras, y la idea de ese periódico mural, era llevar iluminación e  información  de nuestras materias de estudio, compartir chistes, poemas, dibujos, de los compañeros que quisieran participar, y de esta manera mi idea prosperó y gustó a todos los compañeros. Algunos participaban, otros no. Pero siempre había algo que leer, y yo procuraba hacerlo agradable a la vista. Así fueron los inicios de ANTORCHA. Hoy, recordando aquellos tiempos y pensando en un buen nombre para esta revista literaria, se me ocurrió recordar aquella lejana Antorcha, y hacer un pequeño homenaje, a mis inicios como escritora. Espero este espacio tenga acogida entre los lectores, que, de alguna manera, tengan el deseo de escribir, bien sean poemas, o cuentos, y deseen ver sus obras expuestas para ser aplaudidas y aprobadas.

                Espero que esta introducción no se les haya hecho demasiado tediosa. Simplemente quise que tuvieran una visión de cómo soy, y de mi estilo.

                   Repito, este espacio es suyo, cualquier colaboración o escrito que deseen publicar, pueden enviarlo a mi correo bucarenflor@hotmail.com colocando en el Asunto: PARA ANTORCHA.

                        Bienvenidos.

                        María Inés Arrabal

                     Pueden encontrarme en la web como María Inés Arrabal, y también como Princesmain, nombre que utilizo a veces en los foros de poesía. De esa manera pueden leer mis poemas y cuentos.

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CARTA PARA IDA GRAMCKO

  CARTA DE UN JOVEN ESCRITOR PARA IDA GRAMCKO Puerto Cabello, 24 de mayo 2024 Apreciada señora:             Debo comenzar haciéndole saber l...